Humor encerrado en cuartillas prontas para ser liberadas y provocar risas incómodas de un mundo tan irónico como terrible. Cada página una reflexión sardónica, tierna y reflexiva sobre nuestra realidad. El ingenio busca a través del trazo suave de Valentín Ramón y las palabras traviesas de Agustín Fort, no solo despertar la chispa de una carcajada, si no acompañarlo de un pensamiento donde sepamos reírnos de nosotros mismos y de un mundo donde su destino final aún es un misterio. Cada viñeta una sorpresa, donde unas dosis de sinceridad y denuncia afloraran, para descubrir que en el fondo todos somos igual de malos y solo el humor hace salir a flote una pizca de nuestra conciencia.